maladjusted

El bloc de un Pop Daddy, Daddy Pop

domingo, julio 15, 2007

Música antigua y sus circunstancias

De un sitio a otro.
Así es como me gusta estar.
Picoteando todo lo que se ofrece. De flor en flor.
¿Por qué cerrarse a una única opción?
¿Por qué limitarse?
¿Quién le pone puertas al campo?

Al final pude probar y deleitarme con un par de conciertos del ciclo de música antigua. Suerte la mía.

Viene bien salir de las redes normales en las que uno se acostumbra a descansar y a las que se le amolda el trasero.
El primero fue el del coro Ars Cantica cantando una misa de Scarlatti y una serie de piezas de Grancini.
Tiene algo el ver esta música coral en directo. La técnica usada para obtener el mejor resultado vocal es tan visual que refleja como los cantantes se pierden y dejan llevar por la música, como la partitura trasciende lo escrito y se transforma en sentimiento. Además en un coro encuentras personajes tan dispares que resulta llamativo como pueden convivir y producir ese arte de un modo conjunto. Desde un chico joven que no desentonaría en un concierto indie a un cincuentón al que se le nota que lleva su vida en la música y la música en su vida. Desde las megamaquilladas soporanos con pretensiones de diva cuyas caras brillan hasta a la luz de las velas, hasta esas otras más tímidas, más acostumbradas a quedarse en un segundo plano que dan sentido al concepto de conjunto.
Pero, por supuesto, a parte de las pintas, lo importante en este y todos los conciertos es la música. Barroco italiano. Coro con composiciones a cuatro voces. La estrofa empieza con los graves y se va repitiendo como un eco cambiando el color de la voz transformando lo simple en algo hiponótico a medida que se repite y se va mezclando con lo siguiente que empieza. Lo sé. Todos estos compositores manejaban trucos. Todos los manejan. Hay fórmulas y las fórmulas se van a repetir mientras sigan funcionando... pero el efecto es tal. Cierras los ojos y puedes sentir como la música te eleva y lleva a otro sitio.
Como gran final hicieron un truco de magia que no había visto anets. El coro se deshizo y se distribuyó rodeando a los bancos donde estábamos sentados. Y cantaron una última pieza.
Y mi cuerpo-cerebro-espíritu no pudo resistirlo. Los vellos como escarpias se me pusieron. Y no me desmaye porque fue cortito, que si no otro gallo habría cantado.
Plas, plas. Aplausos y más aplausos. La gente de pie y todos contentos. Y los cantantes dando las gracias. Ironía. Las gracias las teníamos que dar nosotros
No sé si será el efecto mantra o el ambiente o qué, pero uno sale cambiado de un concierto así. Por lo menos hasta que llega al coche y pone el CD de turno.
Al día siguiente tocó His Majesty Sagbutts & Cornetts. De este concierto lo que más me atraía era ver como eran esos cornetos y sacabuches. Los sacabuches son abuelitos del trombón de vara, pero los cornetos me tenían despistado. Pensaba que era una especie de corneta, pero no. El nombre venía de cuerno y a eso es a lo que más se parecía. Pero a parte de como sean estos instrumentos el remate es ver cómo se tocan. No debían ser instrumentos muy eficientes ya que se aprecia como los músicos deben hacer un esfuerzo y un sobreesfuerzo para manejarlos, especialmente los del sacabuche. No era raro por lo tanto que entre pieza y pieza el organista tocara algo solo al organo o al clave.Con respecto a la música fue principalmente inglesa de los siglos XVI y XVII. Y se notaba. Se venian a la cabeza imágenes de contratos de dibujantes, de campiñas o grandes casas de campo. Para terminar nos regalaron un precioso Greensleeves de esos que todos tarareamos cuando volvemos a casita.
¿Y las circunstancias?
Todo esto contado suena muy espiritual e idílico pero también tiene su lado oscuro.
¿Si yo fui a ver un concierto de un coro por qué no me avisaron de que iba a ser coro y percusiones de abanico? Sí, hacía calor pero es que había señoras que sólo se dedicaban a abrirlo y cerrarlo sin ni siquiera llegar a abanicarse! Y ni siquiera llevaban el ritmo.
Y en el segundo concierto no avisaban de que concierto al aire libre implicaba al aire libre más coches, perros, señoras mayores que hablan como si estuvieran en el salón de su casa y gente charlatana que gusta de hacerse notar. Menos mal que en la segunda parte pude acercarme donde no llegaba el mundanal ruido.
Eso sí, lo mejor, y circunstancial, el duo de organo y un mirlo que se despertó con la música y decidió acompañarlo en una pieza. :-)
Para seguir con el picoteo dos días después concierto de electropop con Fischerspooner :-p

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2 Comments:

At 15 julio, 2007 23:40, Blogger Yayo Salva dijo...

Muy agudos tus comentarios sobre el comportamiento del público estival y el medio ambiente de los conciertos. A mí me ponían de los nervios las señoronas y sus collares de tres vueltas en los concierto del viernes de la Orquesta Nacional.
Que sigas disfrutando de la música veraniega en todas sus manifestaciones.
Un cordial saludo.

 
At 16 julio, 2007 12:43, Blogger Doris Day dijo...

Qué bien cuentas las cosas, peter... casi prefiero leer tus comentarios que ir al propio concierto, fítetú :)

Respecto al público, enflín... sólo diré que gente como esa despiertan mis instintos más asesinos. Qué pena no medir dos metros y pesar 100 kilos, ché, para poderlos callar con la mano abierta.

 

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