El día antes del eclipse

Espero que vieran el eclipse del otro día. Ya saben de mi predilección lunera así que era una ocasión a la que no podía faltar. Me hizo sentir raro verla desnuda, oscura, tan densa, mundana, casi perdida la magia. No parecía ella. Más bien parecía que en cualquier momento se iba a desprender del cielo y que nos estaba avisando con ese color rojizo...

Pero no he venido a comentar el eclipse. Para eso pueden visitar a mi amigo Bart y ver sus fotos.

La cosa es que ya el día antes del eclipse me había fijado en ella, en el viaje de vuelta a casa.

La noté rara. Puede que notara la sombra que se le venía encima y se la veía distinta. O quizás era yo el que estaba raro y ella me lo estaba diciendo.

Así que entre su rareza y la mía, entre su sombra y mi viaje salió esto tan gollumiano que aquí os muestro

Fria,
altiva
Lejana me miras esquiva,
distante

Tan fria,
tan cruel
Tu cara plateada respira impasible
Tu rayo hiela mis cansadas entrañas

Puedes ser cruel,
puedes ser dura y cortante
Afilada dama de piel congelada
Vigía del frio que surca la noche

Llena el sueño de locura,
mengua la gracia en la estancia
y acrecienta la desesperanza

en mi soledad iluminada
con tu fria y cortante luz
con tu cara altiva y helada