¿Realidad Nacional? (IV)

En el siglo XIX la mala organización y la pérdida de las colonias nos fue dejando cada vez peor por lo que nos volvimos bastante revolucionarios. A parte de la Constitución de la Pepa en 1812, tuvimos un intento de formar una república cantonal en 1868 y posteriormente un estado independiente andaluz integrado en una España federal con la Constitución Federal de Antequera en 1883. Este fue el inicio del nacionalismo andaluz, más o menos al mismo tiempo que otros nacionalismos que surgieron por todo el país. La diferencia del nacionalismo andaluz es que si los otros reivindicaban derechos históricos que les habían quitado hace más o menos poco tiempo, nosotros, que llevábamos más tiempo asimilados con las repoblaciones, basamos nuestro nacionalismo en un nacionalismo social, es decir, lo que se reivindicaba era la lucha contra una injusticia social que se extendía por todo nuestro territorio. Un territorio de señoritos, de caciquismo, de latifundios, de casi esclavitud disimulada, de hambre, de pobreza y de nobles con más títulos que cerebro.

Ese fue uno de los problemas principales de nuestro intento de nacionalismo. Mientras otros se presentaban frente o contra el otro (el de fuera) y eran apoyados por las clases medias-altas, la burguesía y los industriales, el nuestro no tenía un enemigo claro y suponía casi una amenaza para los poderes de siempre, por lo que no conseguía traspasar de unos cuantos idealistas. De todos modos se avanzó en los símbolos: bandera, escudo e himno en la Asamblea de Ronda en 1918 y un intento de Estatuto de autonomía y gramática de la lengua andaluza (¿?) en 1936.... y llegó la guerra civil y se acabó lo que se daba.

En los años 60, cuando España comenzó a recuperarse económicamente descubrimos una mina que siempre habíamos tenido y que se ha transformado en el motor más importante de Andalucía y casi de España: el turismo. Ahora de pronto el motor económico se asentaba claramente en las costas mediterráneas mientras el poder político se desplaza a Sevilla cuando, muerto ya Franco, aprobada la Constitución se consigue el Estatuto de Autonomía, el 28 de Febrero del 80. En aquel referendum todos los partidos apoyaban el estatuto salvo UCD que proponía crear 2 comunidades autónomas, una Andalucía Oriental o Alta Andalucía y una Andalucía Occidental o Baja Andalucía. Curioso, ¿no?

Ahora las cosas están bastante mejor. Entre turismo, Expo, AVE, invernaderos, especulación inmobiliarias, inyecciones de dinero de extrajeros del norte y de mano de obra barata de extranjeros del sur, se vive bastante bien por aquí, tanto en las ciudades como en el campo. Y a pesar del pique Sevilla-resto de las provincias, que por algo será, tenemos la nuestra, hablamos bien en andaluz y nuestras fiestas son casi la marca registrada que el país vende al extranjero.

Así que dejate llevar por las sensaciones y conoce Andalucía, que vale la pena.