El rincón de Richard Hawley

Tenía ganas de concierto en el Cervantes. El primero al que iba este año, así que ya tenía bastante mono de música en directo.

Además, debido al cambio de política de precio teníamos unas localidades buenas, buenas: 3ª fila centradito. Vamos, que estábamos hechos unos señores en el concierto.

En la previa, sorpresa. El Sr Salme y Comosellame rondaban por allí e incluso tenían un mejor sitio que nosotros. Desde luego que Dios nos cría y nosotros nos juntamos, (aunque no los vayamos a encontrar en el de TFC).

El señor de la voz profunda, dejó claro desde un principio de lo que iba el concierto y de lo que va su música. Comenzó con la hermosa Valentine, la más RoyOrbisoniana de sus canciones. Un gusto de canción donde podíamos comprobar como domina el vibratto de la voz, con ese tembleque en la nuez que lo hace tan llamativo.

Desde ahí al final la cosa estaba clara: rockabilly, canción melódica, un poquito de country y mucha clase.

Sus canciones se mueven y pasean por su Sheffield natal. Hablan de sus calles, de sus puentes y de sus ríos. Es otra característica de su música: la presencia de los ríos, esa imagen que tan bien traslada el paso del tiempo y de la memoria frente a esa otra de inmensidad y de eternidad que es el océano, con la que terminó el concierto.

A su clase y elegancia se unía la de los músicos que le acompañaban. Entre él y el guitarrista solista sacaron una colección de guitarras dignas de mostrarse en exposición.

Es curioso como se transforma la música americana al cruzar el océano. Si el rockandroll se volvió más sucio y callejero, el rockabilly y el country, ya triste éste de por sí, se vuelven más melancólicos y nostálgicos al encontrarse en un clima más lluvioso. Escuchando cantar a este hombre se siente el ambiente de casas con las paredes empapeladas, aroma a salsa HP y una tetera avisando de que la merienda está lista. El country pierde sus espacios abiertos y se transforma en música de cuarto pequeño, de dormitorio humilde mientras en la tele se ven películas en blanco y negro de cuando el cine tenía más clase.

Y aunque cantara un clásico country como el Lonesome Town, escucharle era recordar más a Patsy Cline o a Gene Pitney, donde el pop y el country se mezclaban para cantar las penas de todos los días.

Por eso el título de esta entrada. A parte de la referencia al Cole's Corner tenía el doble juego de cómo traducir el Corner. Lo mismo es esquina que rincón, pero la esquina me hacía pensar en algo callejero mientras esta música es más para escucharla en un rincón de tu cuarto, quizás hasta con los auriculares.

Para terminar, como he dicho antes, el The Ocean, preciosa canción que se puede prolongar todo lo que quiera mientras nos levantamos y aplaudimos, como se ve en el vídeo furtivo, porque se lo ganaron los chiquillos.