maladjusted

El bloc de un Pop Daddy, Daddy Pop

martes, mayo 01, 2007

La Voz de la Caverna

El elvis oscuro, el hijo del predicador, el johnny cash más negro, un leonard cohen borracho.
Desde su salida, afectada por más de una copa, demostró por que los grandes son grandes:
El carisma le salía por los poros.

La gente, que abarrotaba el cervantes, aullaba y gritaba histérica cuando apareció.
Y él, con poses a lo elvis señalando a las gradas, con frases icónicas

- Nick, I love you!!!
- I love you too
con ataques desgarrados al piano, tocándolo de pie, casi maltratándolo, declamando más que cantando cuando quería, hundiéndonos en su profunda voz cuando prefería ahogarnos, cantando con ruido y furia cuando la canción lo necesitaba, o elevándonos a una redención de mística reencontrada, demostró que iba a hacer con nosotros lo que le diera la gana esa noche.

Primera sorpresa. La 'solo performance' era Nick Cave con los miniSeeds, es decir, casi los Seeds a falta de algún clásico como Mick Harvey (que ya estuvo por Málaga el año pasado).
Segunda sorpresa: Formación sin guitarra, con un violinista desaforado que de vez en cuando recordaba a un Ian Anderson poseido (Warren L. Ellis), un bajista solido, oscuro y seguro (Martyn P. Casey) y un batería seco, rudo, sin aspavientos, con carne, sangre y sudor (James A. Sclavunos). Y Nick al piano y a la VOZ.
Tercera sorpresa: El sonido crudo, sin concesiones, sólo para hombres. Entre la profundidad de las letras, de la voz, del sonido... un concierto para dar miedo.

Y sobre todo su saber estar, su saber llevar el ritmo del concierto, su hechizo embrujado para dirigir a esos sobrios bajista y batería y para lanzar rayos de luz con ese violinista loco.

Si el otro día comenté que el de Jonathan Richman será uno de los conciertos del año hoy rectifico. El de Jonathan será el concierto luminoso, el de Nick Cave del pasado 22 de Abril será el concierto oscuro.

Lo mejor: Una lenta The Mercy Seat dedicada Picasso, su héroe, su atrevimiento con la guitarra, su paseo entre las sombras, Tupelo, el susurro de God is in the house, el, aún más sangriento, asesinato de Henry Lee...
Lo peor: Que no tocó Into my Arms :-(

Grande, grande, grande...

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