Veo, veo... que ves?

Una cosita... y qué cosita es??

A eso deben haber estado jugando los astronautas estos días en la Atlantis. Y seguro que han estado jugando entre el mosqueo y la curiosidad.Primero apareció uno acompañando a la nave y después el número se incrementó en tres más. Cuatro misterios volantes, cuatro compañeros no invitados, cuatro objetos raros no identificados.

Y nuestros amigos los científicos, tan prosáicos como siempre, se apresuraron a dar explicaciones: una trozo de tela reflectante o una lámina metálica con un cable o cinta adosado, trozos desprendidos de la cubierta de paneles térmicos , un trocito de la soyuz... todo muy vulgar, todo tan mundano...

¿Dónde se les ha ido la imaginación? ¿Dónde la fantasía?

Jugad a inventar, a soñar. Con lo bonito que es imaginar que son medusas espaciales que juegan a ser delfines acompañando esa nave que cruza sus tranquilas capas de la estratofera. O ángeles de la guarda que han descuidado su invisibilidad al creerse seguros en un sitio tan lejano. O al menos dejadlo en un mísero objeto volante no identificado.

Vale que la ciencia debe regirse solo por lo demostrable. Son sus reglas y a ellas deben atenerse pero por lo menos los físicos le echan mucha más imaginación al asunto... Cuerdas que vibran en otras dimensiones produciendo partículas subatómicas en sus interferencias... anda que no mola eso.

Bueno, al menos la Atlantis aterrizó sin problemas y todos llegaron a casa sanos y salvos.

Pero... y el gusanillo que se les metería en el estómago al ver esas 'cosas'? ;-)