maladjusted

El bloc de un Pop Daddy, Daddy Pop

viernes, febrero 10, 2006

Lloyd Cole y dos guitarras

Lo que más me gustó de este concierto es como el Sr Lloyd Cole conserva exactamente la misma voz de hace 20 años. Viendo como a otros de su generación le ha cambiado a una voz más grave y, peor aún, otros han ido perdiendola poquito a poco, me resultó una muy grata sorpresa el escuchar la voz que recordaba. Una voz de rock and roll elegante, un crooner que canta rock, una voz cálida, suave, bien modulada, expresiva, un estilo chris isak pero sin llegar a sus requiebros, incluso un toque Jarvis Cocker sin histrionismos.

Nada más entrar en el concierto te dabas cuenta de que sí pesan los años. Desde nuestra localización en un palco de 1º piso, podíamos confirmar como éste no era un concierto de melenudos, sino más bien de coronillas. 20 años más tarde (casi) todos estamos un poquito más calvos.
Lloyd no. Él conserva su pelo de rockero bien peinado

Y sus primeras palabras fueron claras e indicativas de que sabía a que público se dirígía. El concierto tendría un descanso que la gente podría aprovechar para llamar a las canguros y ver como estaban los niños. Tanto treintañero o más se notaba.

Al comprobar que Lloyd iba a estar más solo que la una en el escenario me asusté un poco. Pensé que, no conociendo nada de lo que hacía ultimamente, el concierto se me iba a poder hacer un poco largo. Todo el show consistía en Lloyd Cole y dos guitarras.Pero no fue así.
Primero, como ya he dicho, por su voz.
Segundo por como iba apreciando en sus canciones toques de autores que me enganchan que después se veían corroboradas por las versiones que hizo: el I trew it all away de Dylan y el Famous Blue Raincoat y el Chelsea Hotel #2 de Cohen. 3 delicias de canciones que me emocionan y que encajaban perfectamente con lo que tocaba. Aparte el goteo de sus 'clásicos' te hacía recordar aquellos maravillosos años.
Y como tercer punto a destacar me hizo gracia la evolución que fue siguiendo el concierto. Junto a la silla donde se sentaba había una mesita con una botella de cerveza, un botellín de agua y un tubo con algo que juraría whisky dentro. Lloyd fue metódicamente bebiendo de una u otra según iba terminando canciones y eso, por supuesto, se nota. Al principio su estilo era el de un cantautor con todas las de la ley pero a medida que iba avanzando el concierto y bajando el nivel de los líquidos se incrementó un balanceo en su cuerpo al ritmo de las canciones que cantaba. Cada vez se transformaba más en un concierto de rock ;-)
Alternó las guitarras, se levantaba, se volvía a sentar y contaba batallitas de su afortunada vida, e incluso en algún descuido ante una de estas largas canciones que cuentan historias de bares terminó imitando a Tom Waits, con bastante éxito, a propósito.
Pues eso, un gusto ver lo bien que se conserva el sr Lloyd Cole.