Un poquito de Terral antes del FIB

He cometido la imprudencia de dejar este resumen/recuerdo/comentario del Terral Noche (19/07/2006) para más de una semana después de haberlo disfrutado. Y lo que es peor, en el tiempo transcurrido también he pasado por Benicassim por lo que temía que la memoria se hubiera visto afectada en exceso por esos otros excesos. Pero no se preocupen, amigos, ha sido ponerme a repasar las fotos, apretar un poco el entrecejo, estrujar la memoria y verme rodeado de tantos recuerdos que no debe haber problemas para que me salga un bonito recordatorio.

Como veréis en los próximos días este Terral noche tenía un sentido principal de ser nuestra fiesta pre-Benicassim. Al día siguiente salíamos para tierras castellonenses y pensábamos que, al igual que nosotros, muchos otros malagueños saldrían o habrían salido ya hacia el FIB. Esto nos hacía temer un poco sobre el resultado del Terral noche. A ver. Si en una ciudad hay poco público para cierto tipo de espectáculos y ese público tiene una cita a bastantes km de distancia ¿quedaría gente para este concierto?

Llegamos prontito, no nos gusta dejar las cosas para tarde y los peores vaticinios parecían cumplirse. Poquita, muy poquita gente y llegaban con cuentagotas. Nosotros nos agenciamos un sitio en primera fila para disfrutar lo más mejor posible. Se acercaba la hora y parecía que nada. Mi tradicional paranoia pesimista ya estaba montando la película de que, viendo como estaba la cosa, este iba a ser el último Terral indie y que desde ahora el ayuntamiento sólo gastaría dinero en cosas rentables como Paulinas y Enriques u otros de semejante calaña de esos que arrastran cienes y cienes de miles de personas.

Así empezó Cristina Rosenvinge. En ese momento al mirar para atrás me pareció ver que por lo menos había gente. No es que estuviera lleno pero se notaba ambientillo.
La Rosenvinge es muy guapa, no descubro nada, pero también es un poquito sosa. No sé si como mecanismo de autodefensa, por timidez o por qué pero ni saludó ni nada. Se sentó al teclado, se centró en sus canciones y así nos fue enganchando.
A ver. A mi me gustaban Alex y Cristina. Me parecían graciosos y divertidos a parte de que alguna canción incluso me sigue gustando ahora.
Después ella se quiso poner seria. Montó Cristina y los neumáticos y se volvió demasiado americana para mi gusto. Así que le perdí la pista. Últimamente ha hecho buenas amistades en el lado indie de la música y se ha ido a grabar a New York con genios de esos que se escriben con mayúsculas.
Y el concierto estuvo centrado en esta etapa. Melodías sencillas repetitivas, acordes extraños sacados de cuentos misteriosos. Un chelo acompañando al fondo y su voz muy suave, casi para no molestar. Fue un concierto muy tranquilo. Más propio de un sitio pequeñito y cerrado. Pero fue un concierto bonito. Ahora ya me ha entrado el gusanillo y voy a tener que buscar como sea esa trilogía de Nueva York que ha compuesto, a ver que tal suena en disco.

Primer intermedio y comienzan a montar el escenario de Belle and Sebastian. Yuju!!! Así tocaban más tempranito.
Efestiviwonder, sobre las 11 y poco salieron el mogollón de gente que son. La cuarta vez que los vemos y de nuevo nos sorprendieron.
De pronto el Auditorio estaba bastante lleno, no sé de dónde salió la gente pero fue salir y comenzar los gritos y aplausos.
Su anterior concierto en el Cervantes fue más tranquilo así que tenía muchas ganas de que este fuera más movido.
Y así lo hicieron. Entre canciones del último disco y clásicos de toda la vida la banda sonora fue perfecta. Pero lo mejor en los conciertos de Belle and Sebastian son ellos. Ver como disfrutan, ver como bromean entre ellos. Stuart sabe llevar el concierto a donde quiere, Sarah es un encanto pero el que se sale es Stevie. Stevie es de otro tiempo y de otro espacio. Desde que sale con su pinta mod hasta que se pone a bailar como un moderno Franco Battiato. Espectacular la parodia que hizo de 2001 con la boquilla de la melódica en 'Electronic Reinassance'.
Y es lo que pasa con esta gente, que oyes buena música, bailas, te ríes y terminas con una sonrisa de oreja a oreja.
Y si encima rematamos la faena consiguiendo la lista de canciones cuando la lanzaron pues mejor que mejor. Otro bonito recuerdo.

Lamentablemente fue terminar B&S a la 1:00 y producirse la estampida. Al día siguiente había que trabajar así que para Mercury Rev sólo nos quedaríamos los parados, los de vacaciones, los apasionados y los locos por la música.
En ese intermedio comprobé que mis amigos cartameños fijos en tantos benicassims este año se habían quedado sin abonos. Parecía que algo raro estaba pasando este año con el FIB.

Y salieron Mercury Rev. Bueno, antes de salir nos sorprendieron con un montaje de imágenes lleno de referencias musicales, cinéfilas, literarias de todos esos hitos que nos marcan y marcan la cultura que nos ha enganchado y encima con música de fondo de Cocteau Twins, para engancharme bien. Y aparecieron en escena.
Su música está llena de psicodelia, esa psicodelia que describe viajes por la mente y por el espacio y combinaron esa música con proyecciones en el escenario y en las pantallas. De pronto todo se llenaba de imágenes espaciales, frases filosóficas, mantras y cantos por la superación de nuestras barreras. Una sesión intensiva de new age o de hippysmo actualizado.
Pero es que además de esos montajes, además de su música de desarrollos inacabables con un toque mucho más rock que la otra vez que los habíamos visto en Benicassim está el cantante David Baker .
Ese hombre no es de este mundo.
Ese hombre es un extraterrestre disfrazado. Ese hombre es un Mesías en potencia. Ese hombre es una reencarnación psicodélica de Raphael. Canta, grita, toca la guitarra, pero lo que sorprende es cómo dirige al grupo, como los hechiza, como los incita a sacar lo mejor de sus instrumentos, como arranca sonidos que son como aullidos en la noche.
Y en cuanto te metes en el concierto te das cuenta de que ese va más para experiencia que para concierto.
Ya la primera canción fue una orgía inacabable de explosiones con punteos, acoples, malabarismos con los instrumentos... y nos preguntábamos... si esta es la primera como van a terminar?
Y después sus canciones que son preciosas y cada vez me gustan más.
Y lo mejor es cómo todos los que quedábamos estábamos disfrutando, tanto ellos como nosotros. Tanto que al terminar, volvieron a salir casi sin pedírselo. Y al terminar los bises eran ellos mismos los que pedían tocar otra. Y tocaron y volvieron a pedir más.
Incluso cuando se metieron definitivamente el guitarrista les estaba pidiendo a sus compis una mas.
Y no sé lo que fue. Si fue todo showbusiness o si realmente estaban enganchados. La cosa es que fue todo un gusto. Eso de que eran los últimos de la noche les permitió hacer el concierto a lo grande, sin limitación de tiempo. Y nosotros respondimos. Y se dio uno de esos momentos en los que público y artista van juntos y lo que has vivido sabes que no se va a repetir igual en ningún otro sitio.

Y al día siguiente Benicassim