maladjusted

El bloc de un Pop Daddy, Daddy Pop

viernes, diciembre 09, 2005

El Jardinero Fiel

El jardinero fiel o el jardinero constante, que es como se llama en inglés, mezcla la historia de amor hasta el final, la transformación pertinente del enamorado, el suspense y la denuncia mundial en sus justas medidas.
Aunque tanto la historia de amor como la de suspense funcionan como deben el sabor que te queda después de ver esta película es el desagradable sabor del mundo podrido en el que vivimos. El desagradable sabor de saber que mi buena vida se cimenta sobre el abandono, la desgracia, la explotación de inmensas partes de la población de este planeta. La miserable verdad de que , en este precioso mundo que nos vamos cargando poquito a poco, el bien de unos pocos justifica el abandono hasta la muerte de tanta y tanta gente. La miserable verdad de que hay humanos de primera y humanos de tercera para usar y tirar.
Ya lo dice uno de los personajes con un cinismo que pone los pelos de punta: Los experimentos que hacen con los abandonados africanos no son un problema ético ya que sólo adelantan la muerte que les espera a la vuelta de la esquina.
Y todo porque no son un mercado, y todo porque no van a generar dinero.

Algo debió estropearse cuando la medida es esa el puto dinero y no la gente, las personas

En todos estos temas se cae con la mayor facilidad en la demagogia pero es tan triste que un 1º mundo que se llena la boca de derechos humanos, de dignidad, de ayuda social, de mensaje, de libertad, de democracia esté basado en unas acciones tan indignas, tenga tanta podredumbre por dentro. Que millones de euros, dolares y barriles de petroleo importen más y sean capaces de decidir la muerte, el abandono o el asesinato de gente.
Vaya mierda de evolución que fue capaz de hacernos pensar los conceptos más elevados de justicia, igualdad y nos hace comportarnos como explotadores que miran a otro lado y disimulan la sangre en sus manos. Tanto aberrar de las barbaridades que se han hecho en otros siglos (edad media, barbaros, vikingos, inquisición, españoles en América, ingleses en medio mundo) y ahora, en este siglo en el que contamos con un código de Derechos Humanos declarados, en el que ni la esclavitud, ni la tortura, ni los malos tratos, ni la explotación son aceptables seguimos usando las mismas artes y explotando a los mismos de siempre. Los que están abajo, los que no tienen voz, aquellos a los que no vemos.

Y yo..? ¿qué hago yo?? Quejarme, gritar de vez en cuando, donar algo cuando el número de muertos es publicitado en TV, apoyar alguna ONG, firmar algún papel que me ofrezcan de vez en cuando por la calle, escribir esto.
¿Ya me siento dignificado? ¿Ya he cumplido? A escasos 500 metros de mi casa hay gente que pasa hambre y ¿que hago yo?

Como siempre, volver la cara, pensar que la culpa es del sistema, de las instituciones, de las empresas, del capital, de los que mandan, y seguir igual.
Asqueadamente igual hasta que piense en otra cosa.