Partying with Elliot Murphy

A veces me pregunto qué hace que un artista llegue a estrella, qué le coloca en cabeza del pelotón, qué le saca del anonimato.
El martes pasado vimos a Elliot Murphy. Neoyorquino 56 años, 32 de carrera. Comenzó cantando por las calles de Europa, esa costumbre tan americana; primeros discos de éxito de público y crítica, para terminar yendose a vivir a París, compartiendo Literatura y Rock.
Coétaneo de Bruce Springsteen y Tom Petty, pero ¿quién conoce a Elliot Murphy? ¿quién puede cantarte una canción suya?
Esta claro que a nivel de entendidos de música tiene un nombre, tiene canciones clásicas y su influencia se puede escuchar en Elvis Costello, la new wave británica, Matthew Sweet, el Power Pop. Me pregunto cuánto de Springsteen hay en Murphy y cuanto de Murphy en Springsteen.
Pero en algún momento Springsteen se convirtió en un símbolo en EEUU y se puede decir que se convirtió en el rockero más importante de los 80 en adelante y Elliot Murphy decidió autoexiliarse. Vivir su vida de rock sin tantos focos deslumbrantes.
El Martes vimos a un hombre de Rock. Bob Dylan asomaban entre sus líneas, medio recitadas, medio cantadas. Sus acordes clásicos demostraban que no se necesitan rarezas en la música para transmitir cuando tienen cosas que contarse, cuando se tiene espíritu para transmitir.
Más líneas: esto suena a Elvis Costello o es EC el que suena a EM, esto suena a Tom Waits.
The Thrill is gone y el blues se hace en Málaga como en Mississippi con el mismo calor y la misma humedad. Se aleja del micrófono y canta voz a pelo y con su armónica y su cara se transforma en un lobo que aulla las penas que lleva por dentro. Pero el concierto es fiesta y se declara enamorado de Málaga, 3ª vez por aquí y ese guitarrista virtuoso que le acompaña nos vuelve a dejar con la boca abierta.
De un concierto de gente sentada aquello se transforma en una fiesta y la diversidad de fans antiguos y jovenes curiosos se transforma en un coro a una voz.
Su armónica es su novia y su guitarra su mujer. La segunda necesita una cena cara en un restaurante, la primera se contenta con una hamburguesa y una peli. El destino lo ha traído por aquí y a mi me llevó allí a cantar con un hombre de 56 años más joven que yo mismo. Baby please don’t go y con una modestia que le honra saca sus gafas, prepara la partitura y canta con sentimiento Devil and Dust último single de su amigo Bruce Springsteen.
Y una más e incluso era él mismo él que quería una más y 2 más o 3 más.
2 horas y pico y salir con sonrisas en las caras y el espíritu del rock que ha visitado Málaga con su sombrero, su guitarra y su armónica.
Y se me vuelve a dibujar la sonrisa en la cara mientras escribo esto. Cuando un hombre siente lo que hace y lo transmite llena. Este hombre transmite alegría de vivir, sabe disfrutar el momento y lo comparte.
Gracias Elliot Murphy :-)
2 Comments:
¡Qué buen vendedor! Dan ganar de ir ahora mismo esté donde esté...
Agosto del 2008
Bejar (Salamanca)
Elliott sigue igual.
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