The Queen is dead
Leo en Morrissey-solo que se cumplen 20 años de la salida del The Queen is dead y recuerdo lo que significó y significa ese disco para mi.
Recuerdo cuando mi colección de discos se limitaba a una serie de discos infantiles que se habían ido acumulando a lo largo de los años. Recuerdo mis primeras adquisiciones de Pop: 'El calor del amor en un bar' de Gabinete Caligari y el 'No es pecado' de Alaska. Ambas estuvieron influidas por lo que escuchaba en la radio y por el estilo de La bola de Cristal.
Pero lo que recuerdo con más cariño fueron mis primeras adquisiciones más arriesgadas: El The Unforgettable Fire de U2 y éste The Queen is dead de The Smiths.
Pronto estos discos (junto con el The People who grinned themselves to death de los Housemartins) se transformaron en mis discos de cabecera a los que acudía cada vez que me era posible. En mi casa sólo había un tocadiscos y estaba en el salón así que cualquier escucha debía ser a través de los pertinentes 'cascos'. Con el tiempo conocía hasta la más mínima
mota de polvo que habitara en estos discos.
Recuerdo que el de U2 me gustaba por sus canciones ambientales de sonido experimental (cosas que yo no había oído nunca) y por esa garra y fuerza en otras que se convirtieron en himnos por los siglos de los siglos.
En cambio el The Queen is dead me gustaba por las canciones. Sobre todas las cosas los Smiths son un grupo de canciones y sus discos se caracterizaban porque todas las canciones podían ser single.
Desde el arrebato antimonárquico del The Queen is dead al anhelo suicida del There is a light that never goes out. De la plasmación del personaje público que algunos veían en Morrissey en Bigmouth strikes again al otro Morrissey intimo y privado que podía asomar en The Boy with the thorn in his side.
Son canciones con unas músicas tan variadas, tan elaboradas, que se salían de la media que podían llegar a hacer la mayoría de grupos de su generación.
Mientras otros podían manejar 2 o 3 tipos de canción los Smiths nunca
dejaban de sorprender.
Y las letras de Morrissey era lo que le daban una personalidad única que nos hizo a tantos identificarnos con ellos. Canciones de final de un amor que puede que ni siquiera llegara a empezar (I know it's over), canciones de vidas que se transforman en pesadillas (Never had no one ever). Canciones que eran casi chistes privados (Vicar in a tutu, Frankly Mr. Shankly),
canciones que nos hicieron descubrir, conocer y amar la literatura (Cemetry Gates) y esa pequeña miniatura que se te quedaba en la cabeza sin saber muy bien si quería decir algo o sólo era una broma (Some girls are bigger than others)
Ahora uno se acostumbra a ver listas en las que siempre aparece como uno de los discos más influyentes de la historia. Yo lo recuerdo como algo que viví, como algo que me acompañó cuando lloraba o cuando reía, algo que me dió una luz que nunca se apagará y me hizo sentir menos solo.
Y después de todo esto creo que llega el momento de un poco de ...
Take me back to dear old Blighty...
3 Comments:
Le pese a quien le pese... un magnifico disco. Estoy con usted, algunas chicas son más grandes que otras...
TRIIIIIIIII-TRIIIIIII-TRIIIIIIIIIIIIPLEEEEEEEEEEE DE GARBAJOSAAAAAAAAAAAAAA!!!!!
x la Diosa, qué disfruté ayer!!!! xD
Wilde is on my side
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